El confinamiento como medida de contención ante la pandemia de COVID-19 trae una serie de afecciones emocionales, aseguran expertos en psiquiatría. ¿En qué fase está la población de tu país?
Los tiempos de la pandemia exigen el confinamiento social como medida para prevenir el contagio de la COVID-19.
Esta crisis significa enormes retos en términos económicos, políticos y sanitarios, pero también a nivel emocional para todos aquellos que ven limitada su libertad de movimiento.
En estos momentos, millones de personas alrededor del mundo se encuentran recluidos en sus casas, lo que supone una serie de afecciones emocionales que ponen en riesgo nuestra estabilidad mental durante y después de la pandemia. En China, donde ya se ha comenzado a controlar la pandemia, han entrado en la etapa de análisis sobre todo lo que se ha vivido durante el período pandémico. Los expertos de Ipsos China han listado una serie de fases emocionales por las que ha pasado la población asiática para que sirvan de guía para el resto de los países.
- Incredulidad. Este primer momento se caracteriza por la confusión y el miedo provocados por la abundancia de información imprecisa y la proliferación de rumores poco veraces.
- Preparación. En esta fase se comienzan a cambiar los planes, comprar víveres y a hacer frente al imaginado desabastecimiento de productos.
- Ajuste. Es el momento de adaptación a la nueva realidad, las restricciones y situaciones contingentes. Se elaboran nuevas rutinas para sobrellevar el confinamiento.
- Aclimatación. En esta etapa se establecen las nuevas rutinas y se hace frente tanto a los retos diarios del aburrimiento como al contacto familiar forzado. Por otro lado, se descubren aspectos positivos del encierro y se exploran nuevas actividades a las cuales dedicar tiempo.
- Resistencia. La tensión aumenta a lo largo del tiempo ante las restricciones de movimiento y una vida social limitada, lo que empieza a afectar al estado de ánimo y las relaciones personales. Es un estado que se agrava por la incertidumbre, pero las personas están a la espera de la recuperación.
- Alivio. En esta etapa se empieza a sentir alivio y esperanza con la reapertura de empresas, pues se vislumbra el final de esta situación. La población se siente feliz por la posibilidad de volver a comenzar su vida con normalidad.
- Temor. Después del alivio, sobrevienen las nuevas preocupaciones sobre la seguridad laboral y financiera. La crisis económica comienza a hacerse presente en el ánimo de la mayoría de población.